El sistema de calidad es una herramienta y, como cualquier herramienta, puede ser un activo valioso o puede ser maltratada, abandonada y mal empleada.
Un sistema de calidad tiene un propósito similar a cualquier otro sistema de la empresa, sea financiero, informático etc.: organizar los recursos para alcanzar los objetivos, estableciendo reglas o normas de actuación y una infraestructura que, si se siguen y mantiene proporcionará los resultados deseados.
Un sistema de calidad bajo el modelo de la norma ISO 9000 se construye sobre el principio de prevenir los fallos o no conformidades en todas las etapas de la cadena de producción o de “servucción”. Si se llevan a cabo las tareas adecuadas desde el primer momento, entonces no habrá pérdidas, los costos serán mínimos y el beneficio máximo. Un sistema de calidad efectivo:
Reduce la necesidad de “apagar fuegos” por parte de la dirección, porque el personal tiene los medios para controlar su propio trabajo.
Permite alcanzar los resultados, porque se planifica de antemano el trabajo, y se establecen las líneas de actuación para que el personal tome las acciones correctas desde el principio
Permite documentar la experiencia de la empresa, lo que facilita la formación del personal, y la mejora del funcionamiento de una manera sistemática.
Proporciona los medios y mecanismos para identificar y solucionar los problemas y evitar su repetición.
Proporciona datos e información para determinar el funcionamiento de sus procesos y para mejorar su negocio y la satisfacción de sus clientes.
La norma ISO es la aplicación del SENTIDO COMÚN, mediante un sistema de gestión estructurado. Pero esto requiere el compromiso, implicación y participación de la dirección, para que funcione efectivamente.
Gestión de calidad
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